Este año que he podido ahondar más mis conocimientos en química he descubierto que me encanta, pero también que tienes que tener 4 ojos y que puedes tener un accidente cada día si no estas atento.
Empezando por el principio, cada cosa, desde la más básica te puede causar una lesión. Un Erlenmeyer roto, una salpicadura, una quemadura... Parecen tonterías que en unos días se curan y te olvidas de ellas, pero todo depende de la peligrosidad de las sustancias químicas con las que manejas, o peor aún, los microorganismos...Lo digo porque mis compañeros y yo somos de los que tienes que recordar siempre si va antes el ácido fuerte o el agua y que los guantes son para ocasiones muy muy especiales.
Cuando empecé no tenía ningún cuidado porque eran cosas básicas a mi parecer, pero resulta que una vez un Erlenmeyer cascó en mis manos mientras estaba hirviendo y yo me estaba riendo con un compañero. Si vieras mi cara en ese momento...
A medida que iba avanzando el tiempo empecé a ser más consciente de que no me apetecía tener una quemadura gigantesca en mis manos, de manera que utilizaba guantes siempre, leía bien las prácticas, preguntaba antes de tomar cualquier compuesto, estaba atenta a mi trabajo, limpiaba mi espacio personal etc, hasta que llegó la bomba. MICROBIOLOGÍA
Con microbiología parezco un botiquín de emergencias humano. Trabajamos con especies "suaves" del tipo Echerichia Coli, Staphilococos Aureus..., que si al caos te pueden causar una diarrea o una infección cutánea pero aún así trato de no tocar apenas las superficies de los materiales que usamos y mis manos están cansadas de que las laven cada 4 minutos para luego echarme alcohol sanitario encima. Tengo que llevar crema para que no se me caigan de lo secas que se ponen.
En definitiva, al final del curso he podido entender que la química es peligrosa y cómo cuidarme de accidentes en el laboratorio (además de muchas cosas más). Y como dice el dicho mejor prevenir que curar.
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